Zuny Leal Azocar

SOY TERESA WILLMS MONTT

Soy Teresa Willms Montt
nací en cuna de oro
encerrada cual Princesa
en mi Castillo Medieval.

Busqué salida y huí
en pos de la libertad.
Esa libertad que era juzgada
por tribunales de Dios
y de los hombres.

Esos hombres que gobernaban
nuestras vidas, algunos años atrás.

Como quisiera ser mujer ahora,
sin complejos, sin perjuicios.
Volar libremente en busca de mi felicidad.

Que mis escritos, no sean sepultados
bajo cenizas.
Que mis pasiones no sean reprimidas.
Que mi cuerpo no sea torturado,
por sentir pasiones prohibidas.
Que mi llanto no sea silenciado.

Caminar libremente, por senderos
floridos, en cada amanecer.

Amar hasta el cansancio una y otra vez.
Equivocarme y volver al inicio del camino.
Eso quisiera. Pero estoy aquí.
Lejos de mi país, lejos de quienes
juzgaron y condenaron.
En una fría tumba, donde encontré
la paz, que solo el descanso
eterno puede dar.

Desde mi tumba me levanto,
desde mi tumba las bendigo.
Mujeres de este siglo,
luchen por sus derechos
sin olvidarse de ser mujer.

PABLO DE ROKHA

En Licantén vio la luz
lugar de piedras preciosas,
entre ladera y montaña
forma carácter de roca.

En la ribera del Mataquito
donde el clima agita brusco,
él dibuja sus versos,
bajo un cielo estrellado,
de belleza exuberante.

Su obra polémica fue siempre
dura como la roca.
Por Latinoamérica corrían
a mediados del siglo XX
tiempos de turbulencias y cambios.

Si bien con Neruda no comulgó,
a Huidobro y Cruchaga admiró.
De Whitman y su poesía se enamoró
y los poetas malditos abrazó.

La vida nunca lo premió
el dolor a su puerta tocó,
más el duro como una roca
el infortunio esquivó.

Su poesía con matices románticos,
anarquismo lo conquistó,
con destellos bíblicos y religiosos
a muchos países su fama llegó.

Al final un dolor desgarrador
dando paso a Fuego Negro.
a su amada con su canto conmovió.
Desde la tumba Winétt se levantó
escucha versos llenos de dolor.
“Aquí duerme y crece para siempre
la más hermosa flor de los Jardines del Mundo”