Olga Gregoria Cruz Manterola

/ Chile

Nace en Viña del Mar, hace 58 años atrás, hija de Juana Rosa Manterola Murua mujer campesina que se traslado desde Chincolco hasta la ciudad de Viña del Mar, en busca de mejores horizontes y de Juan Segundo Cruz Martínez, hijo de una maestra rural y de padre fallecido cuando él aún era un niño, se traslada también desde Los Andes a la ciudad jardín. Fue preso político en 1973, por sus ideales de equidad y justicia social.La tercera de cuatro hermanos, realiza sus estudios secundarios en el Liceo Nº2 de Niñas de Valparaíso, Posteriormente realiza sus estudios superiores en la Fundación Duoc (Departamento Universitario Obrero Campesino), donde se recibe de Técnico en Administración de Empresas con mención en Comercio Exterior. Una vez titulada y para complementar su trabajo, estudia secretariado en el Instituto John F Kennedy. Se desempeñó en varias agencias de aduanas de la Quinta Región, pero el trabajo que sin duda marco su vida, fue el realizado en el Departamento Jurídico de la Vicaría de la Solidaridad, en el Obispado de Valparaíso a través del Proyecto Misereor (Proyecto financiado por capitales extranjeros creado para ir en ayuda de los perseguidos políticos en tiempos de la dictadura)Su amor por las letras y la poesía nace desde pequeña, porque la lectura y la escritura vivieron siempre en su hogar, vivió al igual que sus hermanos, rodeada de libros, que su padre les enseñó a amar y a cuidar. Su padre un artista innato, se dedicaba a esculpir el yeso, a tallar y tornear la madera, a tocar la guitarra, a cultivar las plantas y a escribir poesía. De ahí heredan sus hijos las artes, las manualidades, el crear cosas para el deleite de otros. Así, en sus ratos libres, pinta yeso, madera, hace velas, teje a palillos, crochet, telar y escribe poesía, de lo real y lo irreal, de su vida y de la de otros. Activista de Avaaz, Activista de Amnistía Internacional y Activista de Greenpeace Internacional

A LOS NIÑOS DE SIRIA

El mar me ha traído un niño,
Tal vez, de Siria vendrá,
Su cuerpo inerte en la arena,
Su alma soñaba la paz.

Dime Señor que pecado,
Ha cometido este ser,
Arrancando de su tierra,
De las balas, del poder.

Hay del egoísmo humano,
Hay de la sed de poder,
Que culpa tienen los niños,
Que tienen que perecer?.

Donde están los dignatarios,
Que sustentan el poder,
Ebrios de rencor y odio,
Pensando solo en vencer.

Se aprovechan del más débil,
Le roban la dignidad,
Cuantos niños más señores,
Morirán por su crueldad?.

Que en sus conciencias les pese,
Cada niño moribundo,
Yo trataré con mis letras,
De pedirle paz al mundo.

No creo ser escuchada,
No cejaré en el intento,
Les ruego bajen las armas,
No quiero más niños muertos.