Juan Melecio Quiróz Garrido

/ Perú

Abogado de profesión, poeta de corazón y por sentimiento, nació en la ciudad de Lima a los 15 días del mes de marzo de 1980, tercero entre cuatro hermanos, desde niño gustó de las artes, destacando en la pintura, dibujo y principalmente la literatura, habiendo participado en diversos concursos desde su época escolar. Escribe desde los 13 años, siendo siempre su inspiración, la vida, el amor y la familia, participando en la bienal interamericana de literatura organizada por Petroperú, en varias ediciones, siendo asiduo lector, ha podido destacar también en su profesión de abogado, dedicado a la docencia universitaria, habiendo ocupado cargos directivos en universidades de la ciudad de Lima, sin dejar de lado su pasión por las letras. Descubrió la sensibilidad de la poesía en su madre, y ese carácter fuerte que lo destaca en su padre, personas que han marcado su vida y delineado su conducta, carácter e inspiración. Participó en la edición 2018 de La Palabra Provocada, Antología Poética Peruana, teniendo entre sus manos además los proyectos literarios “Mi Casa Verde” (La Casa de San Silvestre) y “Si Quisiera Que Sepas de Mí”, para una próxima edición personal.

NO TE AMO

No te amo como si fueras una flor diferente,
un topacio, un clavel,
como vientos huracanados que propagan el fuego,
te amo como se aman ciertas cosas extrañas,
únicas y oscuras, y cualquier día del calendario,
y para ser incisivo, soy tu amor y no tu amigo,
y no resisto, sino que sufro contigo
la penitencia directa de ser tu amor,
te amo entonces en mi locura
secretamente,
entre las sombras de tu perfecta silueta,
en el dibujo de tu figura,
así, te amo en mi alma oscura.
Te amo como amo lo prohibido,
al perder el conocimiento
cuando recorro tu cuerpo,
cuando olvido que soy de carne y hueso,
todo eso olvido cuando estoy contigo.
Te amo cuando el dolor ahoga mis sentidos,
porque no sé amar de otra manera
que no sea darte la vida entera,
y poder verte en mi último suspiro.
Te amo en lo profundo de tu cuerpo
y en el recuerdo de mi mente,
y ese amor por hacer
lo que siempre queda pendiente.
Así te amo.
No te amo sin esperanza ni sin razón,
te amo sin saber ni cómo ni cuándo, ni dónde ni porqué.
Te amo directamente sin pena,
te amo como sé amar, sencillo, simple, sin fastidio,
te amo como te conocí,
sin apuro, sin delirio, sin razón,
solo con el corazón, así te amo.
No te amo como tú quieres,
sino como a mí me da la gana, a mi modo,
y no en el modo que tú quieres,
en la forma que tú eres,
en el momento en que yo no soy lo que tú quieres,
ni tú eres lo que yo quiero,
siendo mi todo, aunque no quieras,
siendo tú mi vida, y yo tu vida aunque yo muera.
Te amo así de espeso y fastidioso,
así jodidamente hermosa como eres tú,
te amo como quieres ser conmigo,
como quieres que sea contigo,
como quiero, como amas, así te amo.

 

MI ÁNGEL, MI MECHITA

Cuando se agolpan los sentimientos
Se me inunda el alma entera
Y no me sale por los poros
Solo me enturbia la mirada.
Algunos lo llaman llanto
Yo, lo llamo recuerdo,
De que ya no estés físicamente más,
Y ya no pueda oír tu voz aunque me duela.
Te fuiste abuela
con todo lo que amo y amaré
y solo me dejas el recuerdo de tu presencia.
Déjame que en tu ausencia
Recuerde aquello
Que me llenó de alegrías.
El corazón puro de mi niñez
Y el momento tierno
De la sonrisa vieja
Con esos labios arrugados
Que me abrazaban con un beso.
Eso fuiste tú,
La más hermosa doncella
De cualquier cuento que
Hayan visto mis ojos.
Algunos la llamaban reina,
Otros tal vez princesa.
Algunos simplemente vieja,
Yo siempre la llamé abuela,
La de los cabellos llenitos de plata,
Por la experiencia.
La de sonrisa vieja de alegrías intensas
La de la mano arrugada
Que me peinaba y me cocinaba.
Y así, cuando me lleno de recuerdos
Se agolpan como mares en el pecho
Sentimientos,
Que van llenando solo huecos
Donde ya no corre sangre
Solo lagrimas por derramarse
Porque ya no estás
Porque te has ido llevando contigo
El amor del niño que tú cuidabas.
Y todas tus caricias también se van,
Partieron de San Juan, en este día de
Madrugada,
Dejándome un abrazo eterno que no podré
Devolverte,
Y no poder tenerte es mi tristeza
Pero me llena la certeza
Que volveré a verte otro día
Y harás que otra vez ría
Y me quede dormido como de niño a tu lado
Con ese beso enamorado
Que solo conoce quien más te ha amado.
En homenaje a Mercedes Rosas de Quiróz, que
partió a la Casa de Nuestro Señor el 17 de
noviembre del 2019.