
Fiorella Gutierrez Lupinta
/ PerúFiorella Linda Gutiérrez Lupinta (Lima, 1985). Terapeuta de Lenguaje (UNFV). Estudió Enfermería Técnica dos años (Instituto Superior Tecnológico Santa Rosa), llevó estudios de Ingeniería en Acuicultura en la UNFV por tres años y estudios de Teatro en la Asociación de artistas aficionados. Autora del libro de poesía LOS CAMINOS DE FLORENCIA y directora de la revista cultural y digital LOS CAMINOS DE FLORENCIA. Pertenece a la asociación cultural Mario Florián, A la unión hispanomundial de escritores, Al Consejo Nacional Todas las Sangres, Filial Trujillo. En estos versos la poeta comprende el estrecho vínculo de la poesía con lo espiritual, su visión de la muerte, la vida, la sociedad y reivindica a la mujer. En este ámbito logra no solo conectar con el lector, sino va más allá. Logra transmitirnos su propia conversión, de una espectadora de la vida a una que toma las riendas y se convierte con gran valor en la protagonista. Al leer los poemas de Fiorella Gutiérrez Lupinta, no dejo de pensar en la madurez de sus versos, la versatilidad en los temas tratados, y en lo distinta que es su obra de las corrientes actuales. Es genuina, no sólo su sentir literario, sino su visión de la poesía y la sociedad que la nutre. Los lectores quedarán complacidos con el arte de Fiorella Gutiérrez Lupinta que logra ingresar a nosotros, sin transgredirnos, sino como un suave bálsamo a calmarnos, nutrirnos y a hacernos sentir eso hermoso que solo logra la buena poesía: acariciarnos el alma, haciendo uso de terminologías propias de la ciencia para vestir sus más exquisitos versos.
LA MÚSICA DE MI ALMA
Cantas y resuenas en mi cuerpo,
juegas con la esfinge
y sueltas todas las melodías.
Bailan las arenas del desierto de Arabia,
con tu perfume envolvente de Do, Re, Mi,
y todas las notas musicales,
que existen y que no existen.
Animas mis castillos mágicos,
sumergidos en el bello Titanic,
navegando con música de Bach.
Estás repleta de maravillas inalcanzables,
tan bellas como: Las montañas de Macchu Picchu
y las Pirámides de Egipto.
Los colores que creas en mi vida
son más diversos que los geranios,
regados en el jardín de mis sueños.
Estás en todas partes…
no sólo en la guitarra y el piano.
Tienes un sabor tan agradable,
parecido al pisco peruano.
Me creas sensaciones de gozo,
tal cual lo hacías cuando veías las imágenes
de los Jardines Colgantes de Babilonia.
Me haces gritar
hasta crearme nódulos en las cuerdas vocales,
pero estoy fascinada y nada me detiene…
eres la semilla de mi vida.
Din, dan, sun, ten, bin,
suena la música de mi alma,
sin ningún orden, sin ninguna estética;
sólo dejo que me conduzca como ella lo desee,
para poder ser feliz entre sus agitadas melodías.
HA MUERTO
Hoy no estoy para nadie.
Hoy no quiero crear poemas.
Hoy no le creo a la luna.
Hoy no quiero hablar con las estrellas.
Hoy no deseo que el viento me susurre al oído.
Hoy se ha muerto mi alma.
Hoy no tengo a cupido.
Hoy se quiebran las rosas.
Hoy se hunden los días armoniosos.
Hoy se estrellan las ideas.
Hoy no amanece, empezó la oscuridad.
Hoy no hay ternura, la mataron.
Hoy flotan los cristales de azúcar en una taza sin café.
Hoy se apagaron los minutos del tiempo.
Hoy se jodieron las sirenas nocturnas de aquel lago.
Hoy no quiero encantar a nadie.
Hoy el alma ha salido para no volver.
Hoy detesto todas las miradas.
Hoy no me importa mi desgracia.
Hoy no me importa nada.
Hoy no escucho a los delfines cantar, al amor llamar.
Hoy hay muerto un ser… un corazón.
Hoy no hay excusas, hoy se detiene.
Hoy es una vida para no contar.