Daniel Meyer Millas

/ Perú

Nació el 28 de Noviembre de 1957. En Santiago de Chile. Muere, cuando su imaginación e inspiración se detiene. Soy un eterno romántico, enamorado de la vida, de todo lo bello, lo bueno, lo malo y lo feo que hacen posible expresar sentimientos. Mi inspiración nace de recuerdos e imaginación, las que con letras derramo sobre un papel creando poemas de amor y desamor con un vocabulario sencillo y común, como lo es su autor. “SUEÑA CONMIGO” Daniel Meyer Millas. ZUTANO. Qué lindo es compartir, todo lo que yo escribo, Y a la gente le gusten, mis sentidos poemas, Pues nacieron de mi alma, para dar un consuelo, A mis muchos lectores, les regalo mis versos. Viajando en mis recuerdos, imaginando algunos, Más con inspiración, creo historias del mundo, Las llevo hacia el papel, con pasión y ternura, Para que tú lo sientas, como si fueran tuyas. Alegrías y penas, componen mis poemas, Amores imposibles y otros sin barreras, Que sientes que te llenan, tu vida con mis letras, Pues esa es la intención, de que así tú los leas. Solo soy un Zutano, que escribe sus poemas, Para que tú imagines, un mundo de novelas, Olvides por un rato, la verdad que no quieras, Y sueñes tu conmigo, que hay amor en la tierra. Daniel Venur Meyer Millas. Seudónimo: Zutano.

SI YO PUDIERA VOLAR

Si yo pudiera volar, dejando atrás las estrellas,
más allá del universo, donde la vida es más bella.
Para encontrar a mi madre, decirle cuanto la quiero,
besar su carita suave, la de sonrisa y consuelo.
Volver a ser su muchacho, el que buscaba su pecho,
y que me diera las fuerzas, de soportar sufrimientos.
Contarle lo que he vivido, decir que la echo de menos,
que cuanta falta me hace, que vivo con su recuerdo.
Que me abrazara muy fuerte, para fundirme en su pecho,
sentir su amor, su ternura y su vos en un te quiero.
La buscaría en los ángeles, que son madres bendecidas,
porque sé que la hallaría, pensando en mi todavía.
Siempre serás mi mamita, no sabes cuánto te extraño,
ya ves pasaron los años, mas sigo siendo tu niño.
Soy el que sigue en las noches,
esperando por su cuento,
tu beso falta en mi frente, para dormirme en silencio.
Si yo pudiera volar, te juro te encontraría,
pues mis alas gastaría, hasta la última pluma.
Mirar tus ojitos tiernos, llenos de amor y ternura,
la que lloraba en silencio, porque la vida era dura.
Te daría lo que nunca, tuviste cuando era un niño,
pues te amo madre mía y hoy podría darte abrigo.
Dios te llevó a su reino, sin pensar lo que he sufrido,
quizás si faltaba un ángel y por eso te ha elegido.
Si yo pudiera volar, lo haría sin más temores,
para elevarme contento, no importando que demore.
Pues tendría la paciencia, de un vuelo largo y tranquilo,
que me llevara a la gloria, del amor que tanto ansío.
Quizás si pronto yo pueda, ir a tus brazos mamita,
pues cada noche te sueño, mas tu ternura me anima.
Tu hijo ya tendrá alas, para volar a tu encuentro,
solo falta que me digas, ven mi niño aquí te espero.

 

TE ESPERARE EN EL CIELO

Llegará el día, que me vaya sin tormento,
y recorreré ese túnel, aquel que recorren los muertos.
Arreglaré el camino, que recorrerás por cierto,
cuando llegue ese momento, yo te esperaré contento.
Llenaré de flores, el camino de los muertos,
para que cuando tú pases, no te parezca funesto.
Te tenderé mis manos, para darte más aliento,
y juntos recorreremos, ese último trayecto.
No tendremos más rencores, ni pelearemos por cierto,
pues la paz tendrá un lugar, en ese camino incierto.
Nos iremos flotando, como espumas en el cielo,
y verás que lindo es, como emprendemos el vuelo.
Harás conmigo ese viaje, de la mano y muy serenos,
y Dios te estará esperando, arriba del universo.
Allí estará el edén, que se cuida con esmero,
para que juntos podamos, gozar de ese mundo eterno.
Al fin seremos felices, a los pies del ser supremo,
por eso te esperaré, para llevarte a su reino.
Nuestras vidas serán otras, sin mentiras ni tormentos,
tú serás mi amiga eterna y yo tu amigo por cierto.
Allí no existe el rencor, el odio, ni los lamentos,
así te demostrare frente a Dios cuanto te quiero.
No temas llegue el momento,
en que tú emprendas el vuelo,
pues yo te estaré esperando, para guiarte en el cielo